en los minutos de las canciones que he dejado de lado
y los momentos que he dejado congelados, en mi cajón
que si es abierto, el aire corta mi garganta al respirar
y siento los latidos donde antes hubo un corazón
el sabor diario en la boca de la mezcla del odio y el amor
las dos palabras malditas que pronuncie mil veces
que algún día volveré a nombrar, pero
a mi pesar siguen
siendo tuyas, y de nadie más.
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